"So long time ago"

06/11/2014

Intervención de Javier Fernández, usuario e traballador de Sarela, no III Foro de Familias.

O pasado 25 de outubro a Federación Galega de Dano Cerebral (FEGADACE) celebraba o III Foro de Familias. Sarela axudou a organizalo, chamou a asistir ás súas familias, e aportou ponentes. O texto que se reproduce a continuación foi lido por Javier Fernández, usuario e traballador de Sarela -é coidador na asociación-, na mesa redonda sobre experiencias de persoas con dano cerebral. En concreto, Javier narrou a súa experiencia sobre independencia e educación. Participou na mesa redonda xunto con seu pai, Luciano Fernández, que aportou a súa perspectiva sobre o mesmo tema.
 
So long time ago
 
Lo que a mí me pasó, aunque sea algo eminentemente personal, no creo que sea muy diferente a muchos de los casos que puede haber en esta sala.
 
Pasó hace tanto tiempo y han pasado tantas cosas desde aquel noviembre de 2001 que en mi cabeza hay una mezcla de hechos que seguramente están mal organizados cronológicamente.
 
Pero bueno, para ponernos en situación:
 
Si comparara mi vida con un viaje en tren, yo en ese momento viajaba en los primeros vagones, tenía una vida social bastante amplia, deportista desde los 7 años, muy buenas notas en el instituto y estaba estudiando Ingeniería Informática en Coruña. La verdad que a ese chaval de 19 años la vida no le iba nada mal.
 
Pero en noviembre de 2001 me caí del tren y nada volvió a ser como antes.
 
Cuando desperté del coma mi cabeza no era capaz de ver que ese tren se había marchado. Yo, evidentemente veía que había cosas que no cuadraban nada pero no le daba importancia porque tenía la convicción de que era algo temporal.
 
Tenía problemas para caminar, me costaba encontrar las palabras al hablar y no sabía explicarme; tenía muchos problemas para escribir, me caía con facilidad, por mi falta de equilibrio, recordaba que sabía nadar pero no sabía cómo hacerlo... y así, cualquier habilidad motora que un adolescente haría con normalidad como jugar al fútbol, al baloncesto, montar en  bici, en moto... para mi era prácticamente imposible.
 
Pero mi familia y amigos me ayudaron a subir de nuevo al tren, aunque lo cierto es que ya no estaba en los primeros vagones sino que tuve que montarme bastante más atrás porque el tren no me había esperado.
 
Mejoré en la escritura, malditos cuadernos Rubio!; fui recuperando vocabulario y, a nivel físico, la recuperación en el primer año fue espectacular, por lo que fui adelantando algún vagón en el tren.
 
Pero uno piensa que en el resto de capacidades todo va ser igual de rápido y, lo que es peor, que se va a recuperar al 100% de lo que era antes del accidente; ese fue el peor error que cometí porque llegar a los primeros vagones no era tan fácil como pensaba.
 
Veía que el tiempo pasaba y que la diferencia de la recuperación física y cognitiva frente a la capacidad para relacionarme, volver a ser el que era antes con mis amigos... era muy diferente.
 
No tenía forma de meterme en sus conversaciones, ya que hablaban de cosas que para mí no habían pasado porque no recordaba. Y, poco a poco, esos muy buenos amigos, que me ayudaron un montón, fueron ocupando menos tiempo en mi vida. Ellos iban a un ritmo que... yo no podía seguir, estaban en los primeros vagones, seguían con su vida y yo... había vuelto atrás en ese tren y mis esfuerzos se centraban en ir recuperando el tiempo perdido; adelantando vagones poco a poco.
 
Y aquí es donde cometí el segundo gran error de esta historia. Estaba tan aferrado a mis amigos que no me planteé en ningún momento cambiar o ampliar esas de amistades, por lo que mi camino hacia los vagones delanteros, donde estaba todo lo que había dejado atrás, lo hice como si tuviera unas orejeras puestas, sin percatarme de las nuevas personas que ocupaban los vagones donde yo ahora estaba.
 
Esto me sucedió por falta de autoestima, por no ser capaz de defender mis propias ideas o siquiera de creer que las pudiera tener. Y esa fue la parte que más me costó recuperar.
 
Porque la inseguridad que te da no poder aportar nada a una conversación, ver que de lo que presumías antes ahora no eres capaz ni siquiera de hacerlo y te da incluso vergüenza intentarlo, observar que con 25 años haces cosas que es capaz de hacer un niño de 8, es muy difícil de contrarrestar.
 
Pero como la vida sigue, en mi caso no iba a ser menos... pues eso. La vida sigue.
 
Poco a poco volví a la vida en sociedad, ampliando mi círculo, retomando mis estudios, incorporándome al mundo laboral, volviendo a conducir... ya que la recuperación va mucho más allá del alta hospitalaria.
 
Y para terminar decir que aunque no estoy en el primer vagón, me encuentro a gusto donde estoy, no tengo el ansia de volver a donde estaba antes y además sé que continúo avanzando en ese tren que es la vida.
 
    III Foro de Familias de FEGADACE III Foro de Familias de FEGADACE III Foro de Familias de FEGADACE III Foro de Familias de FEGADACE

USO DE COOKIES

Utilizamos cookies propias e de terceiros para mellorar a súa experiencia e os nosos servizos, así como mostrarlle, desde o noso sitio web ou os de terceiros, publicidade baseada na análise dos seus hábitos de navegación. Se pulsa en aceptar, consideramos que admite o seu uso.
Pode obter máis información na nosa Política de Cookies.

Máis información